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El Precioso Rosario de un Aspirante a la Iluminación Recuperado de
http://www.acharia.org/meditacion/elpreciosorosario.htm 07abril2012.
Sólo para su distribución gratuita. Usted puede reimprimir este trabajo para su distribución gratuita. Puede cambiar el formato y redistribuir este trabajo para su uso en computadoras y redes de computadoras con la única condición de que no se cobre nada por su distribución o uso. Fuera de eso, todos los derechos están reservados. (a) Esta triple invocación con la cual comienza el poema aparece en distintos textos sagrados del Oriente. La “Gran Compasión” se refiere tanto al sentimiento en sí mismo (karuna, en sánscrito), al amor universal que pugna por conservar la armonía entre las cosas – según la definición de Daisaku Ikeda – como a las figuras de las deidades que lo simbolizan, caso de Kwannon o Kwan Yin, personificación de la misericordia entre los chinos y los japoneses. La honra a todos los maestros es el reconocimiento de que, sin una guía espiritual, no sería posible el Despertar, la Iluminación. Por último, la invocación a las deidades es un recurso utilizado por lo devotos que quieren atraer para sí aquellas cualidades que representan cada uno de los impetrados; por ejemplo: Manjusri, la Sabiduría; Avalokitesvara, la piedad; etc. (b) El conocimiento sin la práctica es como acopiar alimentos sin consumirlos. O bien – según otra imagen muy ilustrativa – como ser guía de un museo de Bellas Artes, y poseer mucha información acerca de las obras que se exhiben, pero no haber ejecutado jamás ninguna de ellas. Todas las escuelas de Budismo insisten en la imprescindible necesidad de plasmar en la práctica los postulados de la Doctrina. (c) El sopor, la torpeza y la pereza son casi sinónimos en lo que atañe a la concepción oriental de “corrupciones” – físicas, mentales y de la palabra – es decir, funciones que tarde o temprano causan dolor. Bajo el término de klesa, se agrupan: la codicia, el odio, las ilusiones, la arrogancia, las visiones erróneas, la duda, la torpeza, la impaciencia, la desvergüenza, y la inconsciencia. (91) Acceder al estado de concentración es abstraerse completamente de toda idea u objeto ajeno al que se estudia. La concentración – dharani, en sánscrito – es uno de los ocho angas (= “miembro”) o técnicas con las cuales Pantañjali sistematizó la práctica del yoga. 92 Existen dos Términos referido a este concepto. En primer lugar, se toma el vocablo appamada como “estado de alerta”, “vigilancia” relacionado con dos existencias igualmente importantes en el Budismo: indriya-samvara = control de los sentidos, y sati = auto-conciencia o atención. Este último constituye una de las facultades espirituales, e integra el séptimo eslabón del “Noble Sendero Óctuplo”. Asociado a este concepto se halla él de satipa-tthana = fundamentos de la atención, dirigido hacia la observación de:
93 La investigación de la corriente mental tres veces por día se refiere a otros tantos momentos de meditación puestos en práctica, generalmente al levantarse, al medio día y por la noche, antes de acostarse. En cuanto a la meditación (dhyana, en sánscrito) es el proceso mediante el cual la mente percibe completamente el objeto que tiene en consideración. Se puede clasificar a la meditación en:
94 Este es un viejo adagio universal. Puede suponerse que señalar los defectos ajenos es – por proyección – identificar los propios; pero, en la medida en que no se los corrija, estos seguirán causando problemas en uno mismo y en los demás. 95 Complemento de los versos anteriores, aquí corresponde destacar que cuando uno habla constantemente mal de los demás generalmente lo hace para exaltar su propia personalidad, pero termina por ofrecer la pobre imagen de alguien que sólo critica de labios para afuera. En cambio, quien sanamente reconoce las virtudes ajenas – no anteponiendo las suyas – es aceptado como sabio. Lao Tse dice, “El sabio se coloca atrás y no deja de estar en el primer puesto.” (Tao Te Ching, Cap.7) 96 El camino espiritual que se emprende con el objeto de adquirir ganancias no conduce a ninguna parte. Los honores y la fama suelen ser producto de la acumulación de actos superficiales, mas no reales conquistas interiores: “Los honores llevan a la ruina”, pontifica Lao Tse en el capitulo 9 de su obra. La comprensión de una sola frase esencial es más valiosa que el recitado de extensos párrafos para lucimiento personal, pero sin entendimiento. Nuevamente Lao Tse: “Cuando la sabiduría penetra hasta el último confín, ¿para qué es necesario mostrar erudición?” (Cap.10). 97 “Él que sabe contentarse con lo que tiene es rico”, “El sabio sólo desea no tener deseos.” (Tao Te Ching, capítulo 33 y 64, respectivamente). Una narración de la época de Buda relata que un mercader, de regreso a su tierra natal, trajo un valioso objeto para destinarlo al compatriota más pobre. A su llegada, y después de comparar a todos los que lo rodeaban, terminó por obsequiárselo a su rey, explicando que, a pesar de que el soberano era el más rico en posesiones materiales, era el menos contento con lo que tenía. La recompensa de los aptos bondadosos no es sino la devolución de aquello que se ha recibido. 98 Adosa, amor, es uno de los tres kusulas o actos volitivos – junto con la generosidad (amoha) – que producen un karma positivo, es decir, que conducen a renacimientos superiores. Karuna, definida en la nota 88, también puede ser tomada como un sentimiento de solidaridad con el sufrimiento ajeno, ya sea este anulable o no. Estos dos factores – amor y compasión – dan estabilidad a la mente despierta y, con respecto a los demás, brindan una mejor ayuda que si se ofrecieran bienes materiales, ya que ellos no son sino alivios temporarios y superficiales, mientras que el amor y la compasión van a lo profundo del ser. 99 Las diez acciones nocivas son: 1. Destruir la vida. 2. Tomar lo que no es dado. 3. Conducta sexual errónea. 4. Mentir. 5. Calumniar. 6. Hablar ásperamente. 7. Hablar sin sentido. 8. Codiciar. 9. Malevolencia. 10. Puntos de vista erróneos. 100 La cólera afecta tanto a quien es dominado por ella – por la ceguera que ocasiona, como a sus victimas, mientras que la arrogancia, que hace a uno creerse superior a los demás, significa un lazo, una atadura, que liga al ser al ciclo de la existencia. La Biblia dice, “La arrogancia precede a la ruina, y el orgullo a la caída” (Proverbios, 16:18) y “La soberbia, es el heraldo de la ruina, y la altivez de la caída” (Isaías, 12:16). En cambio, la humildad hace a la gente feliz y aceptada por todos. 101 Abandonar las posesiones mundanas no significa desecharlas sin más – porque uno podría seguir teniéndolas en la mente – sino desapegarse de ellas. Mayormente se refiere a todo aquello que cuesta mucho conseguir y, luego de poseído, implica un gran esfuerzo para conservar y/o proteger. En esta sentencia Atisha coincide con el capítulo 9 de Tao Te Ching: “Es preferible no llenar un recipiente a querer trasladarlo cuando rebalsa. Un filo muy aguzado es muy difícil de conservar. Una habitación llena de oro y jade es difícil de proteger.” Las joyas superiores son los atributos morales, intelectuales y espirituales que están más allá de cualquier valor material, y que no pueden ser hurtados. Al final del poema se describen las siete gemas consideradas superiores por el autor. 102 Soledad no implica reclusión completa y definitiva, sino evitar la excesiva familiaridad, que habitualmente termina desembocando en la frivolidad. 103 El control de la palabra está insistentemente reiterado por Lao Tse: “El Sabio trasmite sus enseñanzas sin hacer uso del discurso.” (Cap. 2); “El exceso de conversación conduce al silencio.” (Cap. 5); “Enseñar sin palabras...” (Cap. 45); “Él que mantiene la boca cerrada, no se agota.” (Cap. 52); etc. El Budismo, en el “Noble Sendero Óctuplo”, establece que las palabras rectas significan abstenerse de decir mentiras, de difamar, de calumniar, así como de pronunciar expresiones que puedan promover el odio, la enemistad, la discordia entre los individuos o los grupos sociales. Tampoco se debe hablar ni ruda, ni descortés, ni ofensivamente, ni entablar conversaciones sin sentidos, y no chismorrear. 104 Atisha enumera aquí una gama de figuras que poseen el común denominador de hallarse encaminadas hacia la verdad mediante el vehículo de la Doctrina, y, por lo tanto, merecedoras del mayor respeto por su esfuerzo y pureza. 105 El Buda dijo: “No le tengas tanto miedo a un elefante enfurecido como a una mala amistad”, mientras que el maestro tibetano Geshe Potawa afirmó: “Las malas amistades no poseen cuernos ni usan capas oscuras, pero son capaces de arrojarte al incesante ciclo de las reencarnaciones”. En cambio, la contraparte, una compañía espiritual, es una enseñanza permanente. 106 Estos últimos párrafos recalcan la necesidad del desapego para conseguir la felicidad en la presente y las futuras existencias, posición coincidente con los planteos de Lao Tse, oportunamente citados. 107 El largo fragmento que comienza con el verso “Cuando practiques ejercicios...” no encierra sino las claras recomendaciones que se dan para la meditación y el diario vivir, cuando realmente asoman las dificultades que desalientan al discípulo. Constituyen una especie de decálogo de recursos que se deben aplicar para desapegarse de las ilusiones que tiñen a la personalidad mundana. 108 La necesidad de vivir en soledad y auto-abastecerse se ha considerado en todas las corrientes trascendentales como una actitud que favorece el encuentro con uno mismo. 109 “Entidades” quiere decir la certeza interior que uno posee y que confirma lo correcto de nuestras motivaciones y actos. En algunos casos suele evocarse la figura de una deidad para sintonizar con las virtudes que se desean adquirir. 110 El celo produce un estado de inestabilidad emocional sólo a quien alimenta tal sentimiento, porque la envidia no afecta nunca el éxito de los demás. 111 La compasión y el beneficio ajeno le aseguran al consejero espiritual un mayor grado de comunicación con su discípulo. Es muy común enseñar sólo para exhibir, con soberbia, los conocimientos propios y el status de supuesta superioridad. Pero, es bien sabido, que la falta de humildad de parte de un maestro hace insalvable la brecha que crea en su relación con aquellos que recurren a él en busca de orientación, y los defrauda. 112 El respeto por el resto de las creencias, filosofía y estilos de vida ha sido una característica constante del Budismo a lo largo de sus dos mil quinientos años de existencia. Esta particularidad le ha valido el bien ganado lugar de ser la única de las grandes doctrinas que no ha derramado ni una gota de sangre para difundir sus postulados, ni ha perseguido o impedido que otras formas de pensamiento desarrollaran sus actividades en las regiones donde el Budismo era considerada la creencia oficial. 113 Nyanatiloka, en su “Diccionario Budista”, habla de estas diez prácticas ascéticas: 1. Dana: liberalidad. 2. Sila: moralidad. 3. Nekkhama: renunciación. 4. Pañña: sabiduría. 5. Viriya: energía. 6. Kshanti: paciencia. 7. Sacca: veracidad. 8. Adhitthana: resolución. 9. Metta: afecto. 10. Upekkha: ecuanimidad. 114 La séptuple oración comprende:
115 Las dos oscuridades son:
La práctica de la Doctrina consiste en entregar sus Enseñanzas a la vida cotidiana. Si se fracasa en esto, ni siquiera la recepción sobrenatural de conocimientos puede tener sentido alguno, ya que toda Enseñanza no es sino un medio para lograr el desenvolvimiento humano y, si éste se haya obstaculizado por impedimentos personales, no tendrá lugar la transformación hacia estados superiores del ser. 116 La ética para el budista, significa más una motivación activa que reprimirse pasivamente, y constituye la determinación de aumentar las virtudes positivas, absteniéndose de hacer el mal. La riqueza que adquiere un oyente es la del conocimiento necesario para poner en práctica la Doctrina. Se denomina sravaka, “oyente”, al discípulo incapaz aún de progresar independientemente por el Sendero: cuando evoluciona, pasa a sramana (=acción). La consideración es un factor muy importante para un discípulo ya que debe siempre tener en cuenta el efecto que sus actos, sentimientos y pensamientos son capaces de ejercer sobre los demás. La vergüenza es la capacidad de saber que, aunque nuestros actos negativos no sean vistos por otros, somos también testigos críticos de lo que hacemos. El Taoísmo señala esta cualidad a través de varios de sus aforismos: “Aquel que no persevera en su virtud, experimentará alguna vez vergüenza”. “Las acciones virtuosas del Sabio se sustraen a las miradas y, sin embargo, se revelan más y más cada día. Las acciones virtuosas del hombre inferior se producen con ostentación, pero se desvanecen más y más cada día.”, etc. La inteligencia es la facultad de agrupar ideas y conforma uno de los siete factores mentales que modelan la conciencia, junto con las impresiones sensoriales, los sentimientos, la percepción, la concentración, la vitalidad y la vigilancia. 117 En general, lo que el autor quiere decir, es “no tirarle margaritas a los chanchos”, o sea, no ofrecer joyas espirituales a aquellas criaturas incapaces de apreciarlas, y menos aún de ponerlas en práctica. 118 La recomendación de los últimos cuatro versos del Bodhiasattvamaniavali – ricos en sabiduría, y broche de oro de todo el poema, cuya esencia resumen – aparece no sólo recurrentemente en el Taoísmo y Budismo, sin también a lo largo de toda la mística y la espiritualidad occidental, como una forma de control personal sobre dos poderosísimas armas de doble filo de la relación con uno mismo y con los demás: la palabra y el pensamiento. Final |
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PedroAGómezRuzzo
Maestro de Reiki
Federado Núm. 142
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