2. La ley del karma es la ley de causa y efecto 

Cuando decimos "la ley del karma", nos referimos a la ley de acción y reacción, también llamada la ley de causa y efecto. Esta ley establece que lo que lo que sembremos lo recogeremos en esta o en vidas futuras. Las acciones benévolas (punyakarma o sukarma) traerán reacciones amorosas. Los actos egoístas y odiosos (papakarma o kukarma) traerán sufrimiento. Cada acción que realizamos, cada palabra que hablamos, incluso cada pensamiento que pensamos, tiene su reacción.  

3. El karma es justo y se auto gobierna 

La ley del karma es un divino sistema de autogobierno de justicia que automáticamente crea la experiencia futura apropiada en respuesta a la acción actual. Sin embargo, a diferencia de los sistemas de justicia de un país, que sólo castigan las fechorías de los que son capturados, juzgados y encontrados culpables, el karma castiga las fechorías y recompensa los buenos actos tanto si son conocidos como si no. Por ejemplo, si un hombre roba un banco y no es capturado nunca, no recibirá ningún castigo mediante la ley del hombre. Sin embargo, enfrentará inevitablemente las consecuencias de su delito mediante la ley del karma. Similarmente, el acto bueno de dar dinero regularmente pero anónimamente a la caridad será recompensado, incluso aunque nadie sepa el nombre del donante. 

4. El karma es nuestro maestro 

Entendiendo las consecuencias de sus acciones, los individuos antes o después se abstendrán de cometer una fechoría en particular. Cualquier buen sistema de justicia no quiere delincuentes reincidentes. Quiere que los individuos entiendan el error de lo que hacen y que reformen sus comportamientos. Habrás oido el famoso dicho de Alexander Pope, errar es humano, perdonar es divino. Bien, podemos adaptar su adagio y decir que errar es humano pero errar sólo una vez es divino, queriendo decir que aquellos que se están esforzando por vivir una vida religiosa son reflexivos y aprenden pronto de sus errores. Esto es lo que queremos decir al decir "el karma es nuestro maestro". Nos enseña a refinar nuestro comportamiento. Esperemos que antes mejor que después. 

5. Cada uno de nosotros tenemos nuestro karma individual 

Karma también se refiere a nuestro karma individual que acarreamos de vida en vida, tanto el karma que debe ser resuelto en esta vida como el karma que debe ser resuelto en una vida futura. Para entender esto, reflexionemos de nuevo sobre el sistema de justicia criminal. Se conoce a la justicia por ser lenta. Pueden pasar unos cuantos años antes de que un criminal convicto reciba su castigo. La ley del karma es aún más lenta. Las consecuencias, o frutos de las acciones, conocidos como karmaphala, pueden no venir durante unas cuantas vidas. Así, el karma con el que nacemos se compone de recompensas y castigos de muchas vidas pasadas que todavía se tienen que manifestar, y que todavía se tienen que resolver. 

7. La astrología indica los patrones del karma.  

El karma prarabdha determina el momento del nacimiento de uno, lo que dicta la astrología de uno, lo que a su vez delinea los patrones de la vida individual liberando estos karmas. Así, un individuo experimentará ciertos periodos astrológicos como difíciles y otros períodos como auspiciosos y positivos. La astrología no dicta nuestro karma, más bien nuestro karma determina nuestra astrología, así que entender nuestro horóscopo nos ayudará a manejarnos nuestro karma con conocimiento cuando surge para ser afrontado. 

8. Los karmas no son ni activos ni inactivos.  

Cada uno de los karmas sanchita, prarabdha y kriyamana puede ser dividido en dos categorías: arabdha, el karma "empezado" que está brotando; y anarabhda, el karma "no comenzado", "durmiente" o karma semilla. Algunos de nuestros karmas se manifestarán en pocos años próximos, algunos hacia el final de la vida y otros en una vida futura. 

9. Nosotros creamos nuestro propio futuro.  

Nuestras acciones en el presente están creando lo que experimentaremos en el futuro, incluso en vidas futuras. La cuestión aquí es que cuando pensamos en karma, tendemos a pensar en el pasado. Reflexionamos sobre las recompensas y los castigos del pasado que se están manifestando ahora y que debemos haber hecho para crearlos. Sin embargo, siempre debemos pensar sobre nuestro futuro en esta vida y en las vidas venideras. Nuestras acciones del presente están influenciando el futuro, haciéndolo agradable o desagradable. Por lo tanto, antes de actuar, una persona sabia reflexiona en las consecuencias kármicas de esa acción y de este modo moldea conscientemente su futuro.